Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Morir

Y empiezas a morir un poco cuando nadie te espera, cuando el abrazo es fortuna y no rutina. 

Empiezas a morir un poco cuando Ia paz se te cumplió y ya es absoluta 
y esta vez, de verdad, 
ni por accidente. 
ni por un beso se perturba. 

Porque la verdad, 
es que todos queremos morir, 
pero en la boca precisa. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario