Y empiezas a morir un poco cuando nadie te espera, cuando el abrazo es fortuna y no rutina.
Empiezas a morir un poco cuando Ia paz se te cumplió y ya es absoluta
y esta vez, de verdad,
ni por accidente.
ni por un beso se perturba.
Porque la verdad,
es que todos queremos morir,
pero en la boca precisa.
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