Mientras dormías yo cuidaba tu sueño y te veía en mis brazos como se cerraban tus párpados, cansada del diario ajetreo, relajada y suspirando sobre mi pecho.
Una leve sonrisa aparecía en tu rostro lleno de picardía y que me hacía blanco de tus travesuras diarias que tanto disfruto porque aunque te conozco bastante, no dejas de sorprenderme.
Pienso en nuestro día, nuestras pláticas, risas y bromas el cariño de nuestro trato, la fortaleza que adquiere nuestra relación sin importar que haya circunstancias adversas.
Nuestra lista de pendientes va creciendo lo único que no le falta es nuestro amor que de tan honesto y verdadero, lo alimentamos cada día.
Acaricio tu caballo y te acerco lo más posible a mí, sin despertarte, se te escapa otro suspiro y pienso en lo mucho que te amo, lo siento profundamente justo en este momento, mientras tú dormías.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario