Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Amor, tu alma no es un accidente

Amor, tu alma no es un accidente, es la confluencia de miles de pequeños milagros que tuvieron que suceder para que nazcas y los anides en tus ojos. Durante mucho tiempo, quizás muchas vidas, tuvieron que crearse mares para habitar en tu cuerpo, tuvieron que nacer arboledas enteras de naranjos, y esperarte de pie hasta hacerse azahar en tu presencia. Y los gorriones, que tanto te gustan, hace mil primaveras y mil cielos que practican su canto, solo para algún día ser en tus oídos. Y quien soy yo, ante toda tu maravilla, sino el testigo que describe tu milagro. Amor, tu alma es un incendio de luces, y has venido al mundo para hacerlo un poquito más bueno, un poquito menos duro, y mucho más hermoso. Así que no importa lo que pase, nadie, nadie, pero nadie, puede robarte el alma; porque la naturaleza dejaría de creer en milagros, si tú no existieras en ella.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario