Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

No necesito...

No necesito 
de ningún conjuro 
para adueñarme 
de tu corazón, 
porque en realidad 
jamás quiero ser tu dueño. 

No quiero que me pertenezcas 
y llegues a olvidarte por completo 
sólo para hacerme feliz, 
no quiero que olvides 
esa sonrisa, ni la delicadeza 
de tus manos para acariciar almas nubladas. 

Quiero que vueles y pases noches 
enteras entre mis brazos, 
siendo mi refugio y 
mi destino sin opacar 
tu brillo. 

Quiero que 
siempre te recuerdes y 
no dejes de soñar ni 
dejar de ser luz. 

Te quiero 
a mi lado, pero siempre 
tan libre para vivir. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario