Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Amar su magia

Qué bonito sería perfeccionar la forma en que amamos a una mujer; apreciar cada una de sus imperfecciones sin tanto miedo y entender que más allá de su cuerpo hay un corazón valiente y una mente brillante. Deberíamos respetar su locura y amarlas con total libertad. Contemplar sin tanta prisa la magia de su sonrisa y aprender a desnudar su alma mucho antes que su cuerpo.

1 comentario: