Muchas veces
mis besos
se equivocaron de boca,
y mi corazón le habló de amor
a otros que vivían en guerra,
y que latían a otro ritmo.
Por su causa, yo también
estuve en guerra,
pero hoy
abandono mi trinchera,
y te dejo amarme
como si fueras la correcta,
y me permito amarte igual,
con la firme esperanza
de que lo seas.
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