Y cuando ya no tenga ganas de nada, tú solo quédate, abraza mis miedos, mis dudas y no seas tan cobarde como los demás que solo han sabido amar mi versión más cuerda, dulce y bonita. No corras justo en el peor momento, mejor quédate, aprende a naufragar conmigo en medio de la tormenta y enséñame que eres esa persona con quien valdría la pena arriesgarlo todo.
Sería lindo
ResponderBorrar