Por suerte, existes.
Y por suerte, también,
no solo existes,
sino que te colocas aquí,
justo al lado de todo
lo que está lejos para estar cerca.
Y por suerte, aún más,
no solo existes
y te colocas aquí,
sino que es en ese exacto lugar
en el que me haces pensar
que merezco habitarlo,
conocer los rincones que lo atajan
y saber mirarte también
cuando cierro los ojos.
Como un sueño.
Como el sueño que aparece
en el momento preciso
en el lugar que tú ocupas.
Es una fortuna existir en este justo y preciso momento
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