Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Las horas suspendidas


Cuando yo me vaya, las ventanas estarán cerradas húmedo el aire, ruidosa la ciudad, el teléfono no dejará de sonar, la electricidad será intermitente, el café hervirá y todo habré de continuar.

Cuando me vaya el cielo se vestirá de azul claro antes del luto, la gente que conozco sentirá las lágrimas fluir de sus ojos a sus manos antes de secarlas y continuar.

La cama que dejaré quedar tibia el otro cuerpo no sabrá que falto hasta el dia siguiente cuando las horas queden suspendidas y ella se encuentre a si misma en una suave estación, en un lugar salvaje donde alientos abarroten la habitación. 

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