Me gustaría que te quedaras, que nos olvidáramos del miedo pendejo de si vamos a funcionar o no, de si saldremos hechos mierda o terminaremos a oscuras una vez más. Dale, sin compromiso alguno y sin nada que nos ate, y si algún día otros ojitos nos causan revuelos en los adentros, agradecemos el viaje, las risas, los besos, los poemas, las canciones y agarramos las maletas. Al chile me gustaría que te quedaras, que nos diéramos el tiempo de tomarnos un café, dos o tres millones de ellos, aunque ya uno entiende que nada es para siempre y todo termina por valer verga tarde o temprano. Y aún así, con una mezcla entre dudas, corazonadas y un chingo de ganas, me gustaría que te quedaras a querernos el tiempo que así lo prefieras, sin pretextos y sin mamadas, a cucharadas grandes de amor bonito, viajes en carretera con rolitas perronas y hartas carcajadas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario