Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Diario. 10 de agosto (1962)

Ya no sé si amo u odio. En verdad ni uno ni otro. Amar. Odiar. Nombres que aprendí no sé en qué lejana y falsa experiencia. Si llegas a descubrir que no “haces” ni uno ni otro te desilusionarás de ti porque tu vida, desprovista de dos prejuicios tan importantes, te parecerá más pobre aún, más pequeña y poco interesante. Por eso, si sabes que no eres una maravillosa heroína suicida al borde del borrascoso de una locura absolutamente poética, eres muy capaz de suicidarte, no por lo que eres sino por lo que no eres. Saber que no reencarnas a la Monja Portuguesa ni a Heloísa ni a Caroline de Günderode te llevará a una muerte magnífica que ellas no imaginaron siquiera, porque su dolor tenía raíces y cuerpo y era auténtico y veraz como la mano del enamorado lejano que alguna vez tocaron. Pero tú, tú amas y después calculas pensando a quién amas. Tú odias y no recuerdas el nombre del odiado destinatario. ¿Es el último? ¿Fue el de hace cinco años? ¿Quién de ellos amanece contigo y te pide agua desde tu garganta en llamas? ¿Cuál es? ¿Cómo? Tantos años de añoranza por lo que se fueron sucediendo: generaciones de ausentes desfilan por mi memoria. Mi dolor crece y me devora. No es posible tanta ausencia, tanto miedo.

Pero te recuerdo. Aquí te recuerdo. Abrazado a mi memoria. Mirándome detrás de mi mirada. No me atrevo a amarte. Temor de irritarte. Por eso no me suicido. Temor de tu cólera. Me dices que no existes, que eres mi antiguo fantasma amado que reencarnó en ti. A otra los problemas metafísicos. Quiero abrazarte salvajemente. Besarte hasta que te alejes de mi miedo como se aleja un pájaro del borde filoso de la noche. Pero ¿cómo decírtelo? Mi silencio es mi máscara. Mi dolor es el de un niño en la noche. Canto y tengo miedo. Te amo y te tengo miedo y nunca te lo diré con mi voz verdadera, esta voz lenta y grave y triste. Por eso te escribo en un idioma  que no conoces. Nunca me leerás y nunca sabrás de mi amor.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario