Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Epifania y despedida

Un día entiendes que el café y el amor para luego se enfrían, que la felicidad puede que lleve de caducidad el día de mañana y hay que disfrutarla hoy sin pretextos, que las risas y las sonrisas son lo mas valioso que las personas ofrecen, que los consejos de los abuelos son un tesoro gigante, que ponerle buena cara a este jodido mundo que parece estar de cabeza quizá un día lo enderece, que las tristezas y los malos momentos tarde o temprano pasan, que los pequeños detalles no son tan pequeños como dicen, que el tiempo no para y es de valientes bailar, soñar, cantar, brincar y enamorarse cada que sobren las ganas.

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