Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Miradas

Desde que nos vimos hemos hecho el amor con la mirada. A cada parpadeo corresponde un impulso de sentirnos dentro. Por los cuatro párpados cruzados se entreteje una caricia. Las retinas son espejo de los besos que impacientes aguardan. Y los iris disimulan pretendiendo no saber qué es el deseo.

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