No me arrepiento, de haberlo intentado, de haberte intentado, de tratar de darte lo mejor, de arrancarte de raíz las tristezas, de bailar con la posibilidad de haberte convencido de que tu destino estaba por debajo de mis cejas. No me arrepiento, porque te tuve un ratito, porque el puto brillo en la cara cuando recibía tus mensajes no me lo quita nadie, porque las sonrisas que me provocaste como erupción volcánica me las quedo yo, para el baúl de los recuerdos. Por eso no me arrepiento, las cosas en ocasiones funcionan y en otras no, quizá llegué muy temprano a tu vida o quizá se me hizo tarde, como siempre, pero esas ya son letras de otra historia. Te tuve un ratito, conocí el sabor de tus sonrisas, me gustó escucharte reír a carcajadas y la forma en que le tomabas a la cerveza, tu manera de ver las nubes y como se te ponía roja la nariz con el frío, y pues ni pedo, no me arrepiento de haberte intentado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario