Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

VEN A BUSCARTE

Tiene mi amor la forma de tu vida.
Nunca el olvido le cerró los labios
a la estela ni al cauce, ni a la gruta
que atravesabas tú; límite era
que se quedaba estático afirmando,
contra el tiempo engañoso, una perenne
honda oquedad tan fiel a tu persona
que más que ausencia un alma parecía.

Ven a buscarte. Tengo yo la entrada
de tus recuerdos, quietos, encerrados
en mis caricias:
tiene mi amor la forma de tu vida.

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