Bienvenidos al show de la vida, donde cada día es una nueva función. Donde los actores somos todos y cada uno de nosotros, y el escenario es el mundo entero.
Aquí no hay guiones, ni ensayos previos, simplemente improvisamos sobre la marcha. Las risas, los llantos, los abrazos y los desencuentros son parte del espectáculo.
A veces las luces se apagan y nos encontramos en la oscuridad, pero siempre hay alguien que enciende una vela y nos muestra el camino.
No importa si eres protagonista o un simple extra, todos tenemos un papel importante que desempeñar. Y aunque a veces el público no aplauda, debemos seguir adelante con nuestra actuación.
Así que no teman al escenario de la vida, abracen cada momento y disfruten del show. Porque al final del día, lo importante es haber dado lo mejor de nosotros mismos y haber dejado una huella en el corazón de quienes nos rodean. ¡Bienvenidos al show de la vida!
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