Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

CUANDO ME HAYA IDO

Sentirás mi ausencia como un suspiro en la noche una vez que me haya ido. Extrañarás la forma en que te hablé y la forma en que te abracé con amor. Los recuerdos de los tiempos que dejamos ir, las sonrisas y los abrazos que retuvimos, te lastimarán profundamente.

Te dolerá el no haber aprovechado al máximo el tiempo que pasamos juntos durante esas tardes en las que no estabas preocupada por el trabajo u otras actividades. Los días en los que estuve a tu lado pero no realmente presente te harán arrepentirte. Darte cuenta de que el tiempo es efímero y no espera a nadie hará que tu corazón se apesadumbra.

El afecto no correspondido será un susurro en tus sueños, al igual que las palabras no dichas se convertirán en un eco en tu mente. Te preguntarás cómo pudiste permitir que esos momentos mágicos se desvanecieran, momentos que ahora no son más que recuerdos borrosos.

Sin embargo, descubrirás el poder de cambiar en lo más profundo de tu sufrimiento. Apreciarás cada momento que pases con tus seres queridos, darás abrazos más fuertes y dirás "Te amo" sin dudarlo. A través de mi partida, descubriréis la lección que la vida tiene para vosotros.

No guardes remordimientos por mí; en su lugar, ponerlos en práctica. Porque la vida es corta y el tiempo es limitado, vive la vida al máximo y sin mirar atrás. No pospongas dar abrazos, sonreír o decir cosas dulces a las personas que te importan. Aproveche al máximo cada oportunidad.

Espero que mi ausencia te enseñe a vivir intensamente cuando me haya ido. Que todos tengamos la oportunidad de amar y ser amados, de saborear las pequeñas cosas y de reconocer los lazos que nos unen. El tiempo es dinero, así que no lo desperdicies porque eventualmente todos los recuerdos se perderán.

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