Me gustas, pero no me gustas para pasar el rato, tampoco para un par de meses, ni para una noche, ni para un beso.
Me gustas, no para soñar ni abstenerme, no para andar a la defensiva como aquel que piensa que el amor hace tiempo que pasó de moda.
Me gustas de otro modo, de un modo casi extinto. Me gustas como para bebernos el mundo, viajar a pueblos lejanos, conocer todos los lugares donde te encanta que aterricen mis besos.
Me gustas para las primeras veces, para hacer realidad las ilusiones.
Me gustas para descubrirte, para estrenar sentimientos, para ver si es cierto eso de que dos pueden ser locos juntos.
Nunca pensé que algún día alguien iba a despertar estas palabras en mi alma, pero aquí te tengo, como un deseo cumplido que no sabía que necesitaba.
Eres una buena noticia, un milagro precioso. Me gustas y no pienso dejarte ir como si tu vida no fuera tan valiosa como para dedicarte la mía. Quédate esta y otras noches. Tú haces que los días sean un viaje al que le sobran los paisajes.
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