Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

A VECES

A veces tengo ganas de ser cursi
para decir: la amo a usted con locura
A veces tengo ganas de ser tonto
para gritar: ¡La quiero tanto!
A veces tengo ganas de ser niño
para llorar acurrucado en su seno.
A veces tengo ganas de estar muerto
para sentir, bajo la tierra húmeda de mis jugos,
que me crece una flor rompiéndome el pecho,
una flor, y decir: esta flor,
para usted.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario