Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

CISNES DE PRIMAVERA

 También en primavera mueren los cisnes 
y ahí flotaba 
muerto un domingo 
girando de lado 
en la corriente 
y fui hasta la rotonda 
y distinguí 
dioses en carros, 
perros, mujeres 
que giraban, 
y la muerte 
se me precipitó garganta abajo 
como un ratón, 
y oí llegar a la gente 
con sus canastos de camping 
y sus risas 
y me sentí culpable 
por el cisne 
como si la muerte 
fuese algo vergonzoso 
y me alejé 
como un idiota 
y les dejé 
mi hermoso cisne. 

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