Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

INCORRESPONDENCIA III

En la tristeza del amor no correspondido, se agitan los suspiros ahogados y los versos heridos. 

Es como un río que fluye en busca de un mar que nunca llega, una danza sin compás, un eco sin respuesta. 

En cada latido se entrelazan la pasión y el desencanto, la dulce amargura de un amor que se pierde en la oscuridad. 

Amar a quien no te merece es como un poema que se desvanece en el viento, una canción sin acordes, un abrazo que se desvanece en la distancia. 

Pero en la tristeza del amor no correspondido, florece la fortaleza de un corazón que aprende a amarse a sí mismo, a encontrar la belleza en su propia esencia, a renacer de las cenizas del amor no correspondido.

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