Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

EL AMOR LOS DOMINGOS POR LA MANANA

Llevábamos un rato en la cama,
despiertos,
cada uno absorto en su mundo.

Ojalá lo consigan, dijiste,
ojalá alguien consiga algo alguna vez.

Seguí la dirección
que marcaban tus ojos,
y vialli, alo lejos,
a punto ya de desaparecer de la ventana,
una bandada de pájaros
alejándose hacia un lugar mejor.

Me acerqué hasta tus labios.

Lo conseguirán, te dije,
y nosotros también.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario