Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

LA "CHINITA"

Mientras caminaba comencé a sonreír cuando llegó a mi su recuerdo, de esas veces que me decía que yo no hablaba bien el español.

Ella siendo suramericana conocía con otros nombres las cosas que toda mi vida yo conocía en México por ejemplo; ella decía "patilla" para la sandía, "cholas" a las chanclas, la "banqueta" a un banco para sentarse y "acera" a nuestra banqueta, "cotufas" a las palomitas, "piscina" a una alberca y "sifrina" para referirse a una niña fresa, por eso se burlaba de mi "incorrecto" español.

Antes cuando caminaba platicaba con ella en mis pensamientos y le iba describiendo lo que veía en mi camino, así lo hice mucho tiempo, en verdad sentía su compañía.

Ella tenía sus demonios, como cada uno de nosotros, espero que a esta fecha los haya derrotado. Porque era ingeniosa graciosa, muy inteligente y tenía una sonrisa a la que no podía resistirme.

Competía conmigo y de vez en vez se burlaba, siempre de buena manera, de mí.

Era muy competitiva como mencioné, y de un ingenio peculiar, nos divertíamos mucho cuando estábamos juntos. Y hoy al caminar por esas calles que le describía, recordé sus burlas por mi hablar "cantado" (según me decía, pues para mi quien hablaba cantado era ella) y no tuve más que sonreír, feliz.

Qué el Señor colme de Bendiciones a la "chinita", en donde quiera que ella esté, porque hoy me arrancó una sonrisa, al recordarla.

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