Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Amor De Mis Entrañas

Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.

El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.

Al Oído De Una Muchacha

No quise.

No quise decirte nada.

Vi en tus ojos
dos arbolitos locos.
De brisa, de risa y de oro.
Se meneaban.
No quise.
No quise decirte nada.

Miss X

Miss X, sí, la menuda Miss Equis,
llegó, por fin, a mi esperanza:
alrededor de sus ojos,
breve, infinita, sin saber nada.

Es ágil y limpia como el viento
tierno de la madrugada,
alegre y suave y honda
como la yerba bajo el agua.

Se pone triste a veces
con esa tristeza mural que en su cara
hace ídolos rápidos
y dibuja preocupados fantasmas.

Yo creo que es como una niña
preguntándole cosas a una anciana,
como un burrito atolondrado
entrando a una ciudad, lleno de paja.

Tiene también una mujer madura
que le asusta de pronto la mirada
y se le mueve dentro y le deshace
a mordidas de llanto las entrañas.

Miss X, sí, la que me ríe
y no quiere decir cómo se llama,
me ha dicho ahora, de pie sobre su sombra,
que me ama pero que no me ama.

Yo la dejo que mueva la cabeza
diciendo no y no, que así me cansa,
y mi beso en su mano le germina
bajo la piel en paz semilla de alas.

Ayer la luz estuvo
todo el día mojada,
y Miss X salió con una capa
sobre sus hombros, leve, enamorada.

Nunca ha sido tan niña, nunca
amante en el tiempo tan amada.
El pelo le cayó sobre la frente,
sobre sus ojos, mi alma.

La tomé de la mano, y anduvimos
toda la tarde de agua.
¡Ah, Miss X, Miss X, escondida
flor del alba!

Usted no la amará, señor, no sabe.
Yo la veré mañana.

Invictus

 

Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.

Fuera de la noche que me cubre,
Negra como el abismo de polo a polo,
Agradezco a cualquier dios que pudiera existir
Por mi alma inconquistable.

In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.

En las feroces garras de las circunstancias
Ni me he lamentado ni he dado gritos.
Bajo los golpes del azar
Mi cabeza sangra, pero no se inclina.

Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.

Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Es inminente el Horror de la sombra,
Y sin embargo la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo.

It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.

No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.

Llamó a mi corazón, un claro día

Llamó a mi corazón, un claro día,
con un perfume de jazmín, el viento.
—A cambio de este aroma,
todo el aroma de tus rosas quiero.
—No tengo rosas; flores
en mi jardín no hay ya; todas han muerto.
Me llevaré los llantos de las fuentes,
las hojas amarillas y los mustios pétalos.
Y el viento huyó... Mi corazón sangraba...
Alma, ¿qué has hecho de tu pobre huerto?

Proverbios y Cantares

VI

De lo que llaman los hombres
virtud, justicia y bondad,
una mitad es envidia,
y la otra no es caridad.

LXVII

Si yo fuera un poeta
galante, cantaría
a vuestros ojos un cantar tan puro
como en el mármol blanco el agua limpia.
Y en una estrofa de agua
todo el cantar sería:
“Ya sé que no responden a mis ojos,
que ven y no preguntan cuando miran,
los vuestros claros, vuestros ojos tienen
la buena luz tranquila,
la buena luz del mundo en flor, que he visto
desde los brazos de mi madre un día.”

XXXV

Al borde del sendero un día nos sentamos.
Ya nuestra vida es tiempo, y nuestra sola cuita
son las desesperantes posturas que tomamos
para aguardar… Mas Ella no faltará a la cita.

Sé que no sabes que recuerdo tanto...

Sé que no sabes que recuerdo tanto
tu piel untuosa y pálida, amasada
con fiebre y luna, y tu boca abrasada,
blanda y jugosa y salada de llanto,
y tu implorante gesto de quebranto,
sobre tu frigidez crucificada
y agradecida y tierna aunque insaciada,
y mi esfuerzo patético entretanto,
y el amor con que entonces se volvía
tu largo cuerpo de impecable diosa
en su halo de luz y denso efluvio
y ofrecías sensual a mi porfía
la masa de las nalgas prodigiosa,
guiando mi mano hacia tu pubis rubio.

Otra vez en tu fondo empezó eso...

Otra vez en tu fondo empezó eso...
Abre sus ojos ciegos el gemido,
se agita en ti, exigente y sumergido,
emprende su agonía sin regreso.
Yo te siento luchar bajo mi peso
contra un dios gutural y sordo, y mido
la hondura en que tu cuerpo sacudido
se convulsiona ajeno hasta en su hueso.
Me derrumbo cruzando tu derrumbe,
torrente en un torrente y agonía
de otra agonía; y doblemente loco,
me derramo en un golfo que sucumbe,
y entregando a otra pérdida la mía,
el fondo humano en las tinieblas toco.

Entre los tibios muslos te palpita...

Entre los tibios muslos te palpita
un negro corazón febril y hendido
de remoto y sonámbulo latido
que entre oscuras raíces se suscita;
un corazón velludo que me invita,
más que el otro cordial y estremecido,
a entrar como en mi casa o en mi nido
hasta tocar el grito que te habita.
Cuando yaces desnuda toda, cuando
te abres de piernas ávida y temblando
y hasta tu fondo frente a mí te hiendes,
un corazón puedes abrir, y si entro
con la lengua en la entrada que me tiendes,
puedo besar tu corazón por dentro.

En las fuentes

Quién desteje el amor
Ése es quien me desteje
No es nadie
El amor se deshace solo
Como la trenza del río
      destrenzada en el mar
No estoy de amor tejido
Estoy tejido de tejerlo
De sacar de mis íngrimos telares
Este despótico trabajo
Eternamente abandonando
      el fleco que se aleja
A la disipación y su bostezo idiota
Y sólo escapo de su horror
Recogiéndome todo sin recelo
En el lugar donde nace la trama.

En brazos de la noche

Está ya oscurecida la hermosura;
los árboles desnudos
se mecen en la sombra,
y un gran silencio vela suspendido.
En brazos de la noche
se guarda y perpetúa la promesa del día,
la prometida plenitud del día
que cumple en sólo prometerse
un don que nos inclina,
y nos fuerza, y nos basta.
De noche la hermosura a solas habla;
a solas en el aire solo
late oculto el ardor de su promesa
sin cesar renovada.
Y a través de la noche,
desde el oscuro fondo de su entraña,
nos guía y acompaña
heridos de esperanza, al nuevo día,
nuevamente a cumplir bajo el sol nuevo
su plenitud igual y suficiente
de prometida nuestra sin fin, siempre la misma.

Dime mujer dónde escondes tu misterio...

                                                     (Para Luci Fernández de Alba, que se sorprendió)
Dime mujer dónde escondes tu misterio
mujer agua pesada volumen transparente
más secreta cuanto más te desnudas
cuál es la fuerza de tu esplendor inerme
tu deslumbrante armadura de belleza
dime no puedo ya con tantas armas
mujer sentada acostada abandonada
enséñame el reposo el sueño y el olvido
enséñame la lentitud del tiempo
mujer tú que convives con tu ominosa carne
como junto a un animal bueno y tranquilo
mujer desnuda frente al hombre armado
quita de mi cabeza este casco de ira
cálmame cúrame tiéndeme sobre la fresca tierra
quítame este ropaje de fiebre que me asfixia
húndeme debilítame envenena mi perezosa sangre
mujer roca de la tribu desbandada
descíñeme estas mallas y cinturones de rigidez y miedo
con que me aterro y te aterro y nos separo
mujer oscura y húmeda pantano edénico
quiero tu ancha olorosa robusta sabiduría
quiero volver a la tierra y sus zumos nutricios
que corren por tu vientre y tus pechos y que riegan tu carne
quiero recuperar el peso y la rotundidad
quiero que me humedezcas me ablandes me afemines
para entender la feminidad la blandura húmeda del mundo
quiero apoyada la frente en tu regazo materno
traicionar al acerado ejército de los hombres
mujer cómplice única terrible hermana
dame la mano volvamos a inventar el mundo los dos solos
quiero no apartar nunca de ti los ojos
mujer estatua hecha de frutas paloma crecida
déjame siempre ver tu misteriosa presencia
tu mirada de ala y de seda y de lago negro
tu cuerpo tenebroso y radiante plasmado de una vez sin titubeos
tu cuerpo infinitamente más tuyo que para mí el mío
y que entregas de una vez sin titubeos sin guardar nada
tu cuerpo pleno y uno todo iluminado de generosidad
mujer mendiga pródiga puerto del loco Ulises
no me dejes olvidar nunca tu voz de ave memoriosa
tu palabra imantada que en tu interior pronuncias siempre desnuda
tu palabra certera de fulgurante ignorancia
la salvaje pureza de tu amor insensato
desvariado sin freno brutalizado enviciado
el gemido limpísimo de la ternura
la pensativa mirada de la prostitución
la clara verdad cruda
del amor que sorbe y devora y se alimenta
el invisible zarpazo de la adivinación
la aceptación la comprensión la sabiduría sin caminos
la esponjosa maternidad terreno de raíces
mujer casa del doloroso vagabundo
dame a morder la fruta de la vida
la firme fruta de luz de tu cuerpo habitado
déjame recostar mi frente aciaga
en tu grave regazo de paraíso boscoso
desnúdame apacíguame cúrame de esta culpa ácida
de no ser siempre armado sino sólo yo mismo.

Desnuda aún, te habías levantado...

Desnuda aún, te habías levantado
del lecho, y por los muslos te escurría,
viscoso y denso, tibio todavía,
mi semen de tu entrada derramado.
Encendida y dichosa, habías quedado
de pie en la media luz, y en tu sombría
silueta, bajo el sexo relucía
un brillo astral de mercurio exudado.
Miraba el tiempo absorto, en el espejo
de aquel instante, una figura suya
definitiva y simple como un nombre:
mi semen en tus muslos, su reflejo
de lava mía en luz de luna tuya
alba geológica en mujer y hombre.

Contra mi tacto evocador me afano...

Contra mi tacto evocador me afano.
Con los más duros y ásperos pertrechos
he trabajado hasta dejar deshechos
por el hierro los dedos de esta mano.
Los quiero embrutecer, pero es en vano;
en sus fibras más íntimas, maltrechos,
aún guardan la memoria de tus pechos,
su tibia paz, su peso soberano.
Ni violencias ni cóleras impiden
que fieles y calladas a porfía
mis manos sueñen siempre en su querencia,
ni mil heridas lograrán que olviden
que acariciaron largamente un día
la piel del esplendor y su opulencia.

El viajero

Está en la sala familiar, sombría,
y entre nosotros, el querido hermano
que en el sueño infantil de un claro día
vimos partir hacia un país lejano.
Hoy tiene ya las sienes plateadas,
un gris mechón sobre la angosta frente;
y la fría inquietud de sus miradas
revela un alma casi toda ausente.
Deshójanse las copas otoñales
Del parque mustio y viejo.
La tarde, tras los húmedos cristales,
se pinta, y en el fondo del espejo.
El rostro del hermano se ilumina
Suavemente. ¿Floridos desengaños
dorados por la tarde que declina?
¿Ansias de vida nueva en nuevos años?
¿Lamentará la juventud perdida?
Lejos quedó—la pobre loba—muerta.
¿La blanca juventud nunca vivida
teme, que ha de cantar ante su puerta?
¿Sonríe al sol de oro
de la tierra de un sueño no encontrada;
y ve su nave hender el mar sonoro,
de viento y luz la blanca vela hinchada?
Él ha visto las hojas otoñales,
amarillas, rodar, las olorosas
ramas del eucalipto, los rosales
que enseñan otra vez sus blancas rosas…
Y este dolor que añora o desconfía
el temblor de una lágrima reprime,
y un resto de viril hipocresía
en el semblante pálido se imprime.
Serio retrato en la pared clarea
todavía. Nosotros divagamos.
En la tristeza del hogar golpea
el tic tac del reloj. Todos callamos.

Retrato

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recobrar no quiero.
 
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
--ya conocéis mi torpe aliño indumentario--,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.
 
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
 
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
 
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
 
Converso con el hombre que siempre va conmigo
--quien habla solo espera hablar a Dios un día--;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
 
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
 
Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

Frases de Gabriel García Márquez

1. "Hay que ser infiel, pero nunca desleal."

2. "Me desconcierta tanto pensar que Dios existe, como que no existe."

3. "No llores porque ya se terminó... sonríe, porque sucedió."

4. "El amor es tan importante como la comida. Pero no alimenta."

5. "Sólo porque alguien no te ame como tú quieres, no significa que no te ame con todo su ser."

6. "Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez."

7. "La sabiduría nos llega cuando ya no nos sirve de nada."

8. "La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir."

9. "Lo más importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue a decir no cuando es no."

10. "No tenemos otro mundo al que podernos mudar."

11. "Ninguna persona merece tus lágrimas, y quien se las merezca no te hará llorar."

12. "La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener."

13. "Puedes ser solamente una persona para el mundo, pero para una persona tú eres el mundo."

14. "No pases el tiempo con alguien que no esté dispuesto a pasarlo contigo."

15. "El amor se hace más grande y noble en la calamidad."

16. "No, el éxito no se lo deseo a nadie. Le sucede a uno lo que a los alpinistas, que se matan por llegar a la cumbre y cuando llegan, ¿qué hacen? Bajar, o tratar de bajar discretamente, con la mayor dignidad posible."

17. "El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno."

18. "Creo que las mujeres sostienen el mundo en vilo, para que no se desbarate mientras los hombres tratan de empujar la historia. Al final, uno se pregunta cuál de las dos cosas será la menos sensata."

19. "Las mujeres sólo se entregan a los hombres de ánimo resuelto, porque les infunden la seguridad que tanto ansían para enfrentarse a la vida."

20. "La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado."

21. "El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad."

22. "Nunca releo mis libros, porque me da miedo."

23. "El sexo es el consuelo que le queda a uno cuando ya no le alcanza el amor."

24. "El mundo habrá terminado de joderse el día en que el hombre viaje en primera y la literatura en el vagón de carga."

25. "Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre."

26. "El afán de querer olvidarte es mi mayor ímpetu para recordarte."

27. "Ningún lugar en la vida es más triste que una cama vacía"

Frases del Amor en Tiempos del Cólera

  • ”Algo todavía más raro: un Santo ateo, pero eso son asuntos de Dio” (Dr. Juvenal Urbino refiriéndose a Jeremiah de Saint-Amour)
  • “En todo caso la poca medicina que se sabe sólo la saben algunos médicos” (Dr. Juvenal Urbino en sus clases de medicina)
  • “Cada quien es dueño de su propia muerte” (Dr. Juvenal Urbino en sus clases de medicina)
  • “El bisturí es la prueba mayor del fracaso de la medicina” (Dr. Juvenal Urbino en sus clases de medicina)
  • ¡A la mierda el señor arzobispo! (Fermina Daza en una discusión con su marido)
  • “El inodoro tuvo que ser inventado por alguien que no sabía de hombres” (Dr. Juvenal Urbino quien no podía dirigir el chorro)
  • “Es una lástima encontrarse con un suicidio que no sea por amor” (Dr. Olivella refiriéndose a la muerte de  Jeremiah de Saint-Amour)
  • “El que no tiene memoria se hace una de papel” (Dr. Juvenal Urbino quien recurría a las noticas recordatorias)
  • “Lárgate y no te dejes ver nunca más en los años que te queden de vida… espero que sean muy pocos” (Fermina Daza a Florentino Ariza cuando reincidió en su declaración de amor)
  • “La gente que uno quiere debería morirse con todas sus cosas” (Fermina Daza sobre la muerte de su marido)
  • “Aprovecha ahora que eres joven para sufrir todo lo que puedas, que estas cosas no duran toda la vida” (Tránsito Ariza a su hijo cuando desvariaba de amor)
  • “La guerra está en el monte, desde que yo soy yo, en las ciudades no nos matan con tiros sino con decretos” (El padrino de Florentino Ariza refiriéndose a las sucesivas guerras civiles entre liberales y conservadores)
  • “Como será de noble esta ciudad que tenemos cuatroscientos años de estar tratando de acabar con ella, y todavía no lo logramos” (Dr. Juvenal Urbino refiriéndose a Cartagena de Indias)
  • ¡Mierda, se murieron los muertos! (Dr. Juvenal Urbino embriagado por el anís cuando tocaron las campanas de la Iglesia)
  • “Te adoro porque me volviste puta” (La viuda de Nazaret a Florentino Ariza)
  • “Mas es la bulla” (Fermina Daza refiriéndose a las maravilla de Europa después de su recorrido por el viejo continente)
  • ¡Rico no! Soy un pobre con plata, que no es lo mismo (Don León XII Loayza defendiéndose al ser acusado de rico)
  • “Amor del alma de la cintura para arriba y amor del cuerpo de la cintura para abajo” (Sara Noriega a Florentino Ariza, quien además dijo que todo lo que hicieran desnudos era amor)
  • “El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno” (Dr. Juvenal Urbino)
  • “El problema de la vida pública es aprender a dominar el terror, el problema de la vida conyugal es aprender a dominar el tedio” (Fermina Daza)

Resumen I

Nací en 1958, un 9 de noviembre en el maravilloso puerto de Veracruz, esto lo sé porque lo dice mi acta, una noche de domingo, a las 20:30 horas, esto lo dice mi madre.

Cerca de los 5 años, recuerdo ser un niño consentido y mimado por mi madre, de mi padre poco recuerdo en este periodo, supongo que él me enseñó a nadar, porque según me dice mi madre, le gustaba llevarme a la playa y mostrar mis bracitos y piernas gorditos, no recuerdo que alguien me enseñara a nadar, nado desde siempre.

Mi abuelo materno Julio y un tío paterno Rafael son mi referencia infantil, uno me llevaba al parque y el otro a la matiné dominical de donde viene mi gusto por el cine y olor de las palomitas.

En el kínder mi gran amiga fue Chepita (años después supe que el nombre era por Josefina) y mi amor infantil, Maggi con todo y lentes y pecas, al día de hoy debo decir que Chepita era una niña realmente bella, aun cuando lloraba porque le jalaba las trenzas si veía a otro niño, también Adriana era bellísima, siempre me tocaba en los bailables del kinder, no así Maggi, sin embargo esta última me emocionaba de veras.

Chepita tenía una hermana mayor que al regresar de la escuela ponía invariablemente los disco de los Beatles, desde entonces tengo gusto por ellos, los asocio a cosas buenas en mi vida.

Tenía una vecina en el piso de arriba que era quién me cuidaba cuando mi madre tenía que salir, yo de 5 a 6 y ella de 12 a 13 años, me tocaba, me gustaba que lo hiciera.

También me gustaba mi dentista, a quien recuerdo guapa, pero lo que más recuerdo es el olor de su cuerpo cuando se inclinaba sobre mí para dar testimonio de mi brillante dentadura.

A los 7 años vivíamos en la Ciudad de México, el 2º año de primaria lo inicio en esta grande ciudad donde se da lo mejor de mi vida. Estando en 5º me enamoro de Martha de 2º y mi devoción llegó todavía hasta que estuve en 6º, también había una maestra, pero lo mío no era amor, solo pasión, sobre decir que nunca le dije nada y desconozco por qué ella me ignoró.

Mi vida sentimental y sexual se da casi al mismo tiempo, no sabía distinguir una cosa de la otra y las confundía con facilidad.

La hermana mayor de un compañero de la escuela fue mi institutriz en el arte del amor sexual, mi edad no importa pero estaba a punto de entrar a secundaria, desconozco las razones de ella, aunque durante un tiempo padecí, cuando poco después ella se aburrió de mí, de cualquier manera le agradezco tan noble y bello gesto.

Ella me enseñó a no correr, a tener paciencia, a tocarla en donde le gustaba y me lo hacía saber con pequeño y femenino gemido, fue un tiempo de inmensa dicha y sobre todo placer para mí.

Pero vinieron tiempos difíciles, como dije ella encontró suficiente de mí y me abandonó a mi suerte, nunca me enseñó a autocomplacerme, fueron días de desesperación y dolor físico y mental, mental y físico.

Las chicas de mi edad, ni siquiera habían desarrollado el busto y algunas todavía jugaban con muñecas, fue cuando en el momento de mayor desesperación un compañero de la secundaria me llevó a conocer otro mundo, el de las mujeres casadas que se relacionaban con menores.

Mujeres desesperadas por falta de atención por sus maridos, jóvenes todavía, guapas algunas, pero con un grande apetito sexual, que distendían con menores de edad, porque los tenían (a mi también) bajo control y costábamos menos, no fumábamos ni bebíamos, ellas no lo permitían tampoco, lo nuestro era asunto meramente sexual.

Es en esta época de adolescencia, ahora sé por qué se llama así, encontré de manera temprana la diferencia entre el amor y el sexo.

El amor lo representó Regalo (nombre ficticio, pero chica real) fue a primera vista, al menos para mí, se sabía bonita y lo usaba, pero yo había aprendido a hablar cómo a ellas les gusta, me habían enseñado grandes artífices de las mentiras, con estas herramientas no podía fallar y no fallé, fue mi primer amor y el momento culminante de nuestra relación fue al descubrir que el sexo y el amor pueden convivir y que esto es una experiencia religiosa que demuestra la existencia de Dios.

Pero como todo en la vida las cosas terminan, entonces llegó Ella... joven adolescente de piel morena y ojos verdes, de andar felino y largo cabello, que a su paso despertaba la mirada perversa de los hombres mayores. No pude ser la excepción, era demasiado felina y atrevida para mí. Me dejó una gran enseñanza… muy pronto.

Ella me enseñó, cuando tuvo necesidad de hacerlo, que hombres y mujeres somos iguales y que ellas pueden hacer las mismas cosas que nosotros, pero ellas con mejores armas y mayor sensibilidad.

Aprendí que el hombre engaña con el cuerpo y la mujer con el corazón, para nosotros esto es peor.

Gracias mujer morena por lo que aprendí y me enseñaste enredado en tu cuerpo y tu cabello, Dios te llene de Bendiciones por acompañarme en ese trance de mi vida, el tránsito de la secundaria al bachillerato.

Ya en el bachillerato y en pleno uso de mis facultades amatorias, me di a la interminable tarea de tratar de conquistar a cuanta mujer hermosa cruzara por mi camino, parecía que la fortuna estaba de mi lado como a continuación contaré.

Rondaba ya cerca de los 17 y me dedicaba a la práctica de la artes marciales, para pagar estas, mi profesor acordó que le ayudara en todas las clases y podía yo continuar gratis, trato justo que me benefició física, mental y sexualmente, que se concretó al recibir mi cinta negra y convertirme en competidor de full-contact durante algunos años garantizando así mis ingresos, fue una época inolvidable.

Sucedió un día que el dueño de un cabaret cercano a la escuela de artes marciales, se le ocurrió a buena hora tomar clase en mi horario como maestro, señor de edad, de mucho dinero y dudosa reputación. Para mi fortuna no llegó solo, sino acompañado de dos, primero, cuatro después, hasta un número no cuantificable de bailarinas de burlesque de un lugar cercano, que pusieron a prueba, mi capacidad física y mental, era el sueño de todo chamaco calenturiento, vuelto realidad.

Como todo lo bueno acaba y hasta la belleza cansa, terminé mi bachillerato y dispuesto a sentar cabeza inicié mis estudios de ingeniería civil, dedicado en cuerpo y alma a mis estudios y preparación en el full-contac. Pronto recibiría mi primer revés amoroso aun a costa de mi supuesta experiencia.

Le llamaré Marca, para guardar su privacidad, la conocí en una kermesse de un colegio exclusivo para chicas, todo se dio muy rápido y me sentí inmediatamente enamorado, guapa, inteligente, simpática, amable, ingeniosa… y mentirosa también. Esto último lo supe al final de una relación que duró exactamente una semana.

Cansado de no tener nada serio, con el ánimo de tener una real pareja, me enamoré como un casi joven adulto puede hacerlo, “hasta la manitas”, solo diré que para la última cita compre un ramos rosas rojas y dos tarjetas, una jocosa y la otra formal, no conocía bien a bien sus gustos, era la primera vez en mi vida que hacía tal cosa, afortunadamente no la última, quede en pasar por ella a la escuela, pero no la vi salir, su mejor amiga, me informó que ella, Marca, había salido más de media hora antes.

El final es fácil de decir, me plantó… cuando llamé a su casa escuche claramente cuando Marca le decía a su hermano, “si es él dile que no estoy”. Tiré las rosas y las tarjetas e hice lo que se debe de hacer ante tal situación… emborracharme, solo que esperé dos días para hacerlo, fue en la escuela de ingeniería, participó todo el grupo, iniciamos desde la 9 de la mañana y terminamos más o menos hasta las 10 de la noche.

Nunca imaginé que el dolor amoroso tuviera tantos seguidores, mis compañeros de generación nunca han olvidado esa mega borrachera, creo que algunos la añoran, yo dejé de beber los viernes como lo hacía en bachillerato y me he conservado más o menos abstemio, así de mal me fue que semanas después del evento, el agua sabía a alcohol.

Lo mejor estaba por venir…