Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
Los verdaderos maestros...
Los verdaderos maestros enseñan con el corazón... no con los libros.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario