Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Soneto 141


In faith I do not love thee with mine eyes,
For they in thee a thousand errors note,
But 't is my heart that loves what they despise,
Who in despite of view is pleas'd to dote.

Nor are mine ears with thy tongue's tune delighted,
Nor tender feeling to base touches prone,
Nor taste, nor smell, desire to be invited
To any sensual feast with thee alone:

But my five wits, nor my five senses can
Dissuade one foolish heart from serving thee,
Who leaves unsway'd the likeness of a man,
Thy proud heart's slaves and vassal wretch to be:

Only my plague thus far I count my gain,
That she that makes me sin, awards me pain.

-------------------------------------------------------------

A fe mía, que no te amo con mis ojos,
pues ellos en tu ser, mil errores presienten,
pero mi corazón, ama lo que ellos tiran
y a despecho del ojo, se deleita en tu amor.

No se goza mi oído al escuchar tu voz,
ni mi tierno sentir se inclina a la caricia,
ni el gusto, ni el olfato, quieren ser invitados,
a festines sensuales a solas con tu amor.

Ni todas mis razones, ni mis cinco sentidos,
me disuaden de ser tonto de corazón,
que deja a la deriva la apariencia de un hombre,
para ser solamente, tu miserable esclavo.

Mas mi azote me sirve para saber que gano,
pues quien me hace pecar, también me hace sufrir.

A unos ojos verdes


Vivo yo agonizando y agonizando vivo,
cuando unos ojos verdes, ¡hermosos me miran!
y mi ser se estremece, ¡parece que expira!,
¡por esos ojos verdes, de un color de olivo!

¡Esos ojos verdes, de un febril destello,
casan con el oro rubio del cabello!,
logran que resalte todo en su contorno:
¡Los labios sensuales, el nevado cuello,
las mejillas frescas, delicado adorno!

En ellos convergen piedad y ternura,
¡son gemas lucientes, mi ansiado motivo!
No sé ni por qué mis colores se mudan,
las manos se mojan, la frente se suda,
¡por los ojos verdes, de un color olivo!

No existe mirada, diré con arrojo,
que pueda igualar su radiante hermosura,
¡ni existe en el mundo otra bella criatura
que tenga tan verdes sus gráciles ojos!

Esos ojos verdes, de un color de olivo,
irradian ternura, ¡colosal influjo!;
desde que los vi, soy de ellos cautivo,
como lo es el mar del sutil reflujo.

Esos ojos verdes, del color del jade,
tienen un misterio, un enigma grato;
la pasión ardiente de un deseo insensato,
una paz inmensa que mi ser invade.

¡Cuántas noches dulces he pasado inquieto!,
escribiendo, a ellos, mágicos sonetos;
esperando ansioso el anhelado arribo
de esos ojos verdes, por los cuales vivo.

Tarde (sin daños a terceros)


Justamente ahora
irrumpes en mi vida,
con tu cuerpo exacto y ojos de asesina.
Tarde como siempre,
nos llega la fortuna.

Tú ibas con él,
yo iba con ella,
jugando a ser felices por desesperados,
por no aguardar los sueños,
por miedo a quedar solos.

Pero llegamos tarde,
te vi y me viste,
nos reconocimos enseguida,
pero tarde.
Maldita sea la hora
que encontré lo que soñé,
tarde...

Tanto soñarte y extrañarte sin tenerte,
tanto inventarte,
tanto buscarte por las calles como un loco,
sin encontrarte.
Y ahí va uno de tonto;
por desesperado,
confundiendo amor con compañía.

Y ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja,
te hace escoger con la cabeza lo que es del corazón.
Y no tengo nada contra ellos,
la rabia es contra el tiempo
por ponerte junto a mi,
tarde...

Ganas de huir,
de no verte ni la sombra,
de pensar que ésto fue un sueño o una pesadilla,
que nunca apareciste,
que nunca has existido.

Ganas de besarte,
de coincidir contigo.
De acercarme un poco,
y amarrarte en un abrazo,
de mirarte a los ojos
y decirte bienvenida.

Pero llegamos tarde,
te vi y me viste,
nos reconocimos enseguida,
pero tarde.
Quizás en otras vidas,
quizás en otras muertes.

Que ganas de rozarte,
que ganas de tocarte,
de acercarme a ti y golpearte con un beso,
de fugarnos para siempre,
sin daños a terceros.

Ricardo Arjona

No te rindas

No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás sola, porque yo te quiero.

El Courier

Yo la amaba desde hace tiempo, pero no había podido verla, ella me amaba desde hace tiempo sin embargo me veía. 

Consideraba que la situación me dejaba en desventaja, así que opté por buscarla, con lo poco que me había contado, armado de valor y un uniforme de Courier, me lancé a su búsqueda. 

Con el corazón palpitante, la respiración agitada y un nerviosismo poco usual en mi, tocaba de puerta en puerta buscándola en enamorado afán. En cada lugar que preguntaba por ella me veían con extrañeza, no sé si por mi visible ansiedad o por lo poco común de su nombre: Galadriel. 

Después de varios intentos llegué al fin al lugar deseado, cuando pregunté por ella me permitieron pasar al decir que la entrega era personal, subí las escaleras y al entrar en su oficina, la reconocí inmediatamente, vestida de blanco y negro, su cabello en un chongo, su verde mirada concentrada en su trabajo. 

Tras de unos breves segundos de aguantar la respiración para recobrar el pulso, grabe en mi memoria esa bella imagen, al fin la tenía frente a mí y la contemplaba arrobado por su encanto y dedicación a lo suyo. 

Di unos cuantos pasos antes de que nuestras miradas se encontraron, me reconoció, trato de sonreír pero la sorpresa se lo impidió, solo alcanzamos a comernos con la mirada, nos sentíamos felices del encuentro. 

Le entregué el paquete cerrado, una caja de chocolates y una tarjeta con un poema en su interior, al tomar el paquete rosó mis dedos sutilmente con sus dedos, una fuerte descarga sentimos al instante, todo ocurría como en cámara lenta. Siguiente paso, con voz clara y pausada le extendí la tabla solicitando nombre, firma y fecha, nuestras manos se tocaron bajo la tabla y nuestras miradas se encontraron al terminar ella de llenar los datos. El tiempo se detuvo. 

Todo estaba perfecto, hasta que por un impulso incontenible besé su nombre que recién había escrito en el recibo del paquete, ella me sonrío con picardía y yo le sonreí enamorado. 

Me retiré pausado y al estar afuera de su oficina, me di cuenta que había olvidado darle las gracias y estrechar su mano, que gloriosa oportunidad desaproveché, pero no importa porque todo lo demás valió la pena. 

Ahora me encuentro pensando qué le llevaré la semana siguiente, un ramo de flores, rosas rojas quizás…

El uno para el otro...

Cada día me acerco más a ti
a tus costumbres,
a tus días,
a las noches que te envuelven
a tu calida sonrisa...

Y me voy metiendo de lleno
en cada uno de tus sentidos,
cada vez estoy mas cerca
cada día estoy contigo...

Y la pasamos tan lindo
y alcanzamos lo divino,
nos olvidamos del mundo
para sentir que vivimos...

Y se hace grande lo nuestro
va creciendo contra todo,
y sin medida, ni reservas
nos buscamos como locos...

Y en cada encuentro nuestro
descubrimos poco a poco,
que al final hemos nacido...
¡Solo el uno para el otro! 

Te quiero porque te quiero...


Te quiero porque te quiero,
que en mi querer nadie manda,
te quiero porque te quiero y
porque me sale del alma

El baúl de las palabras que llegan al corazón

Me estoy clavando cañón de ti
Te amo con todo mi entero ser.
Wo ai ni.
Somos uno... tu vives en mi yo en ti!
Te amo con una desesperación rabiosa.
A veces no existen las palabras para hacer que entiendas hasta donde te quiero.
El mundo es especial por fulanitos como tu.
Eres tan dulce como la dona que me estoy comiendo.
Dime ¿Qué tienes que me provocas tanto amor?
Ella piensa que él la vuelve mejor persona y la hace intensamente plena.
Él es el pensamiento de ella... completamente.
Porque el tiempo más bonito es cuando te necesito junto a mi.
Mi ser entero te pertenece.
Hoy te amo otra vez, este amor cada día se reinventa porque a diario descubro algo en ti que me enamora.
Hagamos un trío: tú, yo y nuestro amor.
Me gusta como suena mi nombre cuando tu lo dices.
¿Todo va bien cosita linda?
Somos uno tu en mi, yo en ti.
Ella se despertó pensando en él y es feliz por eso.
Ella piensa que la hace inmensamente plena.
Te amo con una desesperación rabiosa.
Te amo para siempre por lo lindo.
Eres mi motor.
Tu me provocas muchas cosas.
Te amo vida... gracias por estar conmigo.
Ella no entiende como le cabe tanto amor y admiración por él.
Acompáñame siempre.
Me declaro fan de ti, te admiro tanto, eres perfecto para mi.
Con ferocidad, con furia ciega, así te amo.
Mi primer pensamiento en la mañana ¡eres tu!
¿Y que pienso de ti? Pienso que soy inmensamente feliz por tenerte en mi vida.
¡Tú echas carbón en mi caldera!
Vida, cielo, te amo cada vez más, cada que te descubro maravilloso y amigo!
Eres el dueño de todo mi entero ser.
¿Sabías que no había conocido a un hombre que me provoque amarlo tanto?
¿Cómo sintetizar mi amor por ti en palabras? ¡Simplemente no se puede!
¿Quién inventa las palabras? ¡Que invente una que explique todo lo que te amo!

No trates como prioridad

No trates como prioridad, a quien te trata como opción.

El mar encontró el sol...

El mar encontró el sol y se hizo la puesta de sol, el cielo encontro la luna y se hizo la noche, yo te econtré a ti y se hizo el amor