A mi niña; para cuidarla, protegerla y mimarla.
A mi ángel; para surcar el cielo en sus brazos, cobijados por sus blancas alas.
A mi princesa; para cabalgar hasta nuestro lugar encantando donde el romance y la ternura nos envuelve.
A mi mujer; simplemente para ser suyo, sin recato, sin pudor, sín límite, sin medida y amarla infinitamente.
Para Daisy.
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