Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Silencios

Silencios... Del alma.
Silencios que dan para no pensar, para deshacer el alba.
Silencios de una primeras vez, de un amor que no avanza; silencios que me inventé para no morir, o para no vivir su mirada.
Silencios que tanto dicen, silencios que tanto callan, silencios que van a dar al fondo de un gritar, de una llama.
Silencios que oigo pasar, que visitan y se marchan; silencios que no quiero escuchar, que en mi corazón se clavan cual lanzas.
Silencios que quiero olvidar, que desprecio, que aborrezco, que me matan; silencios que no he de acallar por miedo a romper su calma.
Silencios que no se van, que no dan vuelta, que no se marchan. Silencios que me obligan a hablar, a gritar silencios del alma.
Silencios ¿Cuándo han de enseñar a no morir sin palabra?
Silencios... Silencios no más.
Cuando los silencios dicen más que mil palabras.

No hay comentarios.: