Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Romance del perfecto amor

Oye, Amada, la noche. Qué serena
la luna se levanta
sobre la mar y sobre tu hermosura.
La noche canta.

Oye, Amada, la fuente. En lo profundo
de la calma sonora,
con música más dulce que ese canto,
la fuente llora.

Oye, amada, el silencio. Qué reposo
  de pasión, de congoja y de batalla.
Reina la perfección sobre los lirios.
La dicha calla.

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