Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Rosa marchita

Rosa marchita que el amante guarda
entre viejos y pálidos papeles
que a ese recuerdo vagamente fieles
siente pasar bajo su mano tarda.

Quizá recuerda un algo de la vida
  de aquel amor, tras tantos desengaños,
y por eso parece que, a los años,
no está muerta la flor, sino dormida.

No hay comentarios.: