Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Puedo amarte

Puedo amarte como se aman 
los que nunca han de tener con el amor, 
la dicha incalculable de un encuentro.
Puedo amarte en medio de mil voces,
amarte sin reproches y en silencio,
o amarte sin tenerte... desde lejos.

Puedo amarte desde el zumo de mi alma,

con la magia feliz del sentimiento
que se prende a la vida como un verso
o que se va de la vida como un sueño.
Puedo amarte como se aman 

los que saben morir en el intento.

Puedo amarte con las ansias con que aman

los ardientes amantes en vigilia, 

puedo amarte y que lo sepa el universo 
o amarte locamente y a hurtadillas.
Puedo amarte de mil formas complicadas
o amarte de la forma más sencilla.

Puedo amarte con amor y travesuras,

con la luz de los ojos sobre el tiempo,
con la boca perlada color púrpura
y con el suave terciopelo de mis besos.
Puedo amarte sin medir si lo mereces,
puedo amarte a vivas voces o en secreto.

Puedo amarte de la forma que prefieras,

en un instante darte todo con simpleza...
de mil formas y de todas las maneras.
Puedo amarte cada vez que tú lo quieras
o guardar para siempre sobre el pecho,
la inmensa dimensión de mi quimera.

Puedo amarte como nunca y más que nunca, 

con la fuerza en espiral de una marea,
puedo amarte ciegamente como se ama 

con inmensa ilusión por vez primera.
Puedo amarte como nunca o más que nunca, 

con un perfume vegetal de primavera.

Puedo amarte hasta que duelan los sentidos, 

hasta que el corazón apresure sus compases;
puedo amarte aún, despellejando los sonidos.
Amarte sublevando mis extremos misteriosos,
puedo amarte con un ritmo de latidos
que te parezca musical y cadencioso.

Puedo amarte en tus defectos y virtudes

sin juicios, alegatos y sentencias, 

puedo amarte más allá de los aludes 
que pueda generar tu irreverencia.
Puedo amarte más allá de ingratitudes.
Y puedo amarte mucho más... si tú me dejas.

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