Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Amanecer

Siento tu cuerpo desnudo pegado al mío, abro los ojos y no es un sueño, acaricio tu cabello, solo te mueves un poco para unirte más a mi.

Se escuchan poco a poco los sonidos de la ciudad que despierta, pero solo percibo tu respiración tranquila, serena y el calor que tu cuerpo le transmite al mío.

Te ves linda, siempre te ves linda, aun dormida, tanta paz no podría ser mejor después de tanto amor desbocado, intenso... sincero.

La mañana promete nuevas esperanzas, nuevas ilusiones, nuevas fantasías de besos y caricias. No deseo levantarme para seguir gozando de la suavidad de tu piel, de tu cuerpo que se dibuja pleno bajo la sábana, de tu aliento y del ímpetu de tus sentimientos que me entregas con desparpajo, sin guión previo pero cargado de ilusiones renovadas.

Te has dado a la tarea de hacerme feliz y lo consigues sin dificultad, de manera natural, rompiendo toda duda, derribando cualquier argumento, solo te basta ser tú y todo lo demás es fácil.

Se que al despertar buscarás mis labios y te acurrucarás en mi, no necesitas palabras para hacerme saber tus sentimientos, disfruto tener tu espalda en mi pecho y la fragancia de tu larga melena acariciando mi rostro.

Te acerco con mis brazos para unirte más a mi, tus manos los atrapan en sutil y sensual prisión, un leve sonido escapa de tu boca que no distingo entre un gemido y un suspiro.

No quiero que despiertes, quiero quedarme así, disfrutando el saberme amado en plenitud, íntimimante abrazados, no quiero perderme un instante de este maravilloso presente con sabor a futuro...

No hay comentarios.: