Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Están por todos lados

"Los oledores de tragedias están
por todos lados
se levantan a la mañana
y empiezan a encontrar las cosas
mal.

Y se sumergen
en la rabia,
una rabia que dura hasta
que se van a la cama,
e incluso ahí
se retuercen en su
insomnio,
incapaces de sacar
de sus mentes
los pequeños obstáculos
que han hallado.

Se sienten en contra,
es un complot.
Y por estar constantemente
furiosos sienten que
siempre tienen
razón.

Los ves en el tráfico
tocando bocina como salvajes
ante la más leve infracción,
puteando
desparramando sus
insultos.

Los sentís en las colas
de los bancos,
de los supermercados,
de los cines
presionan en tu espalda
te pisan los talones
están impacientes por
una furia.

Están por todos lados
y en
todas las cosas,
esas almas
violentamente
infelices.

En realidad están asustados,
como siempre quieren
tener razón
fustigan
sin cesar...
es un mal
una enfermedad
de esa raza.

El primero de ellos
que vi fue
mi padre
y desde entonces
he visto mil padres
malgastando sus vidas
en el odio,
arrojando sus vidas
al pozo ciego
y
gritando
enloquecidos."

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