Aprovechando la oscuridad de
la noche y que estaba solo en su cripta, el espíritu del caballero salió con
rumbo diferente, fue al encuentro del oscuro, necesitaba hablar con él. Lo
encontró rápidamente a las afueras del Bosque Encantado.
-Buenas noches, dijo el
caballero.
-Buenas
noches contestó el oscuro llamándolo por su nombre verdadero.
-¿Me conoces?, pregunto
curioso.
-¿Ya
no me recuerdas?, cuando eras niño te visitaba seguido.
-En ese entonces eras
diferente, eras una bella mujer con con blonda y abundante cabellera, de piel muy pálida y
vestido largo blanco, te sentabas al pie de mi cama y me tranquilizabas, te
llamaba Alicia, ahora tu aspecto es diferente.
-Porque
has crecido, madurado, con el paso del tiempo la vida ha dejado cicatrices en
ti, te han moldeado, te han cambiado.
-No recuerdo haber sentido
miedo de ti.
-Nunca
lo tuviste, pero siempre aprendiste a respetarme, nunca has hecho nada para lo
que no estabas preparado, por muy osado que pareciera a los ojos de los demás.
-Te vencí en varias
ocasiones, quizás demasiadas.
-Nunca
lo hiciste, es solo que no era tu momento, yo nunca pierdo, nunca fallo, soy perfecto
en mi labor.
-Algunas veces te llamé pero
no te acercaste.
-Llego
cuando tengo que llegar, no cuando me buscan, aunque hay inconscientes que me
encuentran y cuando lo hacen es demasiado tarde para arrepentirse, hay quienes
piensan que pueden jugar conmigo y no es así. Pero pasaste hace unos años un
largo tiempo deseándome.
-Ese tiempo quedó atrás.
Ahora más que nunca quiero vivir. Pero te he sentido muy cerca últimamente,
incluso te has llevado a algunos de los míos. En no pocas ocasiones he tenido que consolar a quienes
siguen aquí, pero cada vez es más difícil.
-Como
eras niño y estabas muy enfermo, solo pensabas en vivir, pero ahora lo haces
con vehemencia ya no solo lo piensas. Ahora encontraste el sentido de tu vida,
sin embargo, no me temes, te sientes pleno, aunque veo la tristeza de tu
mirada.
-¿Lees los pensamientos?
-No
puedo hacerlo, soy solo un obrero que cumple con su trabajo, tampoco tengo
sentimientos, no me servirían para mi trabajo.
-Dime entonces por qué estás
aquí.
-Estoy
en todos lados, mis servicios no tiene descanso, ni límites. Estoy aquí porque
necesito platicar contigo, hay cosas que me gustarían saber y tú puedes
explicármelo, al cabo te conozco desde niño, platicábamos usualmente por las
noches.
-¿Cómo cuales cosas quieres
saber? Tú los sabes todo.
-No,
no se más de lo que mi trabajo requiere, ni siquiera sé el momento, solo acudo
al llamado de un ser superior, Él lo sabe todo y tú eres uno de sus hijos
fieles. Por las noches te he descubierto orando por ella, pidiendo fervientemente porque este bien. ¿Por qué lo haces?
-Porque lo necesita, ella pasa
mucho tiempo en las sombras justo donde empecé hace años y casi me quedo ahí,
no quiero ese sufrimiento para ella.
-Pero
tú no eras tan desprendido. ¿Por qué ahora? ¿Qué te hizo cambiar así?
-El amor que siento por
ella.
-Pero
has amado en otras ocasiones. ¿Cuál es la diferencia ahora?
-La diferencia es total, tú
mismo lo has dicho, ahora me siento pleno, estuve en la oscuridad tanto tiempo
que aprendí a apreciar la luz, por tenue que esta fuera.
-¿Pero
que tiene ella que no hayas encontrado ya?
-Ella tiene algo que nunca
había encontrado, comprende y vive mi mundo interior, hablamos en ese sentido,
el mismo idioma, no solo lo entiende lo ha vivido conmigo. Y se refleja en el
exterior, cuando estamos juntos, la gente lo siente, se maravilla, nos cuentan
sus desamores y hasta nos preguntan cómo hacer para lograrlo.
-Entiendo
tus razonamientos, pero tú eres más racional que ella, cómo llegaste a poder
definir los sentimientos.
-Lo encontré en mi fe en ese
ser superior de quien hablas, me acerqué, le hablé y me habló, me guía, me
orienta y me ha enseñado el significado de amar sin pedir nada a cambio.
-Pero
en ocasiones te ha lastimado.
-Solo para hacerme más
fuerte, déjame explicarte. Cuando se acercó a mí, pudo leerme, interpretar mis
sentimientos traducidos en palabras, en ese momento llamó mi atención, me
cobijo en su seno y me abrió una puerta a su interior, también encontré lo
mismo en ella y lo notó, así la descubrí como ángel y me enamoró. La extrañaba,
la anhelaba, necesitaba saber de ella.
-Posteriormente, continuó el
caballero, la descubrí como mujer, sensible, romántica, apasionada, risueña, pero
fue su ternura lo que me hizo rendir mi amor ante ella, no tengo otra opción más
que amarla, hasta hoy lo hago como he aprendido, pero he aprendido más con ella
a quién primero conocí su interior, sin una imagen, me escribía y volcaba todo
su ser en ello, me gané su confianza aunque ella no es una mujer que confíe,
creo que ahí está el problema, su desconfianza le impide disfrutar el momento,
busca la traición, el engaño o la mentira.
-Consecuencia
de conocimientos previos, apunto el oscuro.
-Consecuencia de que no ha
terminado de superar sus propios demonios, teme cambiar para no ser lastimada,
aunque yo nunca lo haría.
-Pusiste
su mundo de cabeza, la sacaste de su zona de confort, deseaba con vehemencia el
amor y en ti lo encontró a manos llenas, ahora no sabe cómo manejar eso, está
acostumbrada a tener el control y contigo lo perdió. Sin embargo a ti te veo
tranquilo, sereno.
-Porque para mí el amor es
paz, para ella ha sido guerra, guerra interior, ha dejado que su cabeza tome
todas las decisiones, incluso las del corazón, pero siento que su corazón se
revela y le cuesta trabajo manejarlo. Su belleza verdadera está en su interior,
es maravillosa, tierna, dulce, amable, apasionada, desprendida, simpática,
risueña, bromista, inteligente, culta, profesional, sensual…
-¡Basta!
Sé que estás enamorado, no tienes que seguir jajaja. Te llenaste de trabajo no
para olvidarla, sino para no tener que pensar en ella y no te resultó jajaja.
-Pero es verdad que la llevo
en mí, como rosa. Esa risa sonó siniestra, por cierto.
-Es
la mejor que tengo, cuando eras niño apenas sonreía. ¿Lo recuerdas?
-Lo recuerdo pero no entiendo
ahora por qué me sonreías.
-Porque
eras peculiar, aunque sociable eras muy solitario, de hecho lo sigues siendo,
ocultas tu mundo interior tras tu sonrisa, no permites a nadie que conozca lo
que vives por dentro…
-Solo a ella, interrumpió el
caballero, en eso también coincidimos ella y yo.
-Me
parecen que están muy enamorados, ella está más enamorada de lo que pensaba, de
lo que ella misma imaginaba, son ustedes muy peculiares, aun separados se
demuestran el amor que se tienen de una forma muy particular, todo lo que hacen
es solo de ustedes, nunca lo había visto.
-Es que ambos estamos locos,
cuando estamos juntos toco el cielo, me hace volar, no puedo comparar esa
felicidad con nada que haya vivido antes, sus letras, sus palabras, su voz, su
risa, su mirada, toda ella me hace suspirar, nadie lo había conseguido como
ella, aun ahora que no puedo acercarme, que estoy sin ella.
-Siguen
juntos, muy juntos, hay un hilo que los une a pesar del tiempo y la distancia.
-¡Pero ella ha querido
romperlo varias veces!
-Porque
el amor es también dependencia voluntaria y ella no está acostumbrada a ello.
-¡Tú hablando de amor! ¿No
que no tienes sentimientos?
-No
los tengo pero he aprendido observando, entre ustedes hay mucho más que en
otras parejas que he visto, tal vez no sean los únicos, pero su relación no se
parece a nada que recuerde en este momento. Son amigos, compañeros, pareja.
Incluso hasta en lo laboral se entienden, tienen además mucha admiración y
respeto el uno por el otro y sí creo que son uno, eso lo dijo ella desde el
fondo de su corazón, aunque tiene miedo de escribir te amo, siente que si lo
hace estará perdida, casi como lo está ahora.
-Ahora eres condescendiente.
-No
lo soy digo lo que veo, recuerda que no siento. Cuantas noches te has
despertado porque la has sentido mal, o sientes sus besos, sus caricias,
cuantas noches a ella le ha pasado lo mismo. Y en no pocas ocasiones ninguno
duerme pensando en el otro, sintiendo al otro.
-¿Cómo sabes que nos
sentimos si no tienes sentimientos?
-Su
respiración se agita, sus cuerpos se agitan y sus corazones laten presurosos,
así es como me doy cuenta. A veces te preguntas si pensará en ti y lo mismo
hace ella. ¡Par de tontos!
-La extraño.
-Y
ella a ti, te lo escribe, te lo demuestra, pero ustedes no son comunes, hacen
de eso que llaman amor algo muy intenso, lo viven, lo disfrutan y también lo
padecen. Se comunican a través de la luna, cuando la luna no está algo pasa en
los dos que sienten que no pueden comunicarse, los entristece, pero hay un hilo
que los mantiene unidos a pesar de ello.
-Ella no ha estado bien por
varios motivos, pero no se cuales, solo sé que no ha estado bien, quisiera
correr a su lado, susurrarle al oído y hacerla dormir en mis brazos, para
cuidarla, protegerla… amarla.
-Ya
la amas sin necesidad de eso, ambos se necesitan porque se aman, a pesar de que
ella trató de extinguir es amor que siente por ti, pero se ha dado cuenta que
no vale la pena luchar contra ese sentimiento. Tu paciencia, tolerancia y
constancia la desesperan, quizás hubiera preferido que pelearas con ella para
tener un motivo para alejarse definitivamente, realmente la desesperas, eso
también te lo dijo.
-Cuantas veces quise pelear con
ella pero sé que el resultado final sería tomarla en mis brazos, apretarla
fuertemente y besarla, sé que al principio se resistiría, le encanta ponerse
difícil, pero terminaría sediento muy a su pesar.
-Jajaja
hombre enamorado.
-Sigo pensando que tu risa
es siniestra.
-Haces
algo que llama mi atención, dices su nombre como un murmullo casi
imperceptible, muy bajo como si te escuchara, le hablas para tranquilizarla,
quizás sientes que está mal, o le dices palabras cariñosas, como sintiendo que
piensa en ti. ¿Cómo llegaste a eso? Nunca antes lo habías hecho con ninguna
persona.
-Hay muchas cosas que nunca
antes hice, que son nuevas para mí, que solo hago para ella quien ha sacado lo
mejor de mí, me ha hecho mejor ser humano, he aprendido con ella a ser
totalmente desprendido, sin darme cuenta, solo lo hago porque nace en mí
hacerlo, es natural sin mayor pretensión que saberla bien. No importa lo que
haga el único sentimiento que despierta en mí es amarla.
-Me
consta. Ahora me despido tengo trabajo que hacer, veo que al niño que
acompañaba a los pies de su cama cuando estaba muy grave hoy es el hombre que
quería ser. Espero poder platicar en otra ocasión contigo, antes del momento
final. Inmediatamente desapareció.
El caballero miró las estrellas
para descubrir que aunque la conversación había sido larga solo había sido un
instante. Dirigió su mirada al castillo de ella para dejar escapar desde su
pecho un suspiro convertido en dos palabras; “Te amo”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario