Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

El ser oscuro

Hay un ser que habita en todo el universo, los habitantes del Bosque Encantado le llaman el “Oscuro”, quien porta una guadaña, pues es el encargado de segar la vida. No ha entrado al bosque, pero no necesita hacerlo, puede desempeñar su triste tarea desde la distancia, incluso desde las afueras del bosque, en donde pasea frecuentemente en espera del Caballero de la Rosa, como le llaman ahora, quienes lo conocieron.
Irónica paradoja, el caballero que ha sido guiado por la luz, se ha resistido a acercarse a la luz final, una ilusión lo mantiene en ese lugar, en medio de la nada.

Nadie puede negociar con el Oscuro, los más cercanos al caballero lo han intentado, incluso los  más osados aldeanos, se han acercado a aquel venciendo su temor, no desean perder a su defensor y fiel amigo. Ha corrido en los alrededores el rumor que el espíritu del Caballero de la Rosa recorre el lugar por las noches, algunos quieren verlo para demostrarle su aprecio, pero no han tenido éxito, solo dos seres han visto al espíritu del campeador, Entusiasmo y Corcel, con quienes el caballero tiene un estrecho vínculo.

Con el oscuro nadie puede negociar, cumple su  trabajo escrupulosamente, nunca falla, no tiene sentimientos, en algunas ocasiones existen afortunados que logran un poco más de tiempo, pero es solo porque así estaba determinado, no porque fallara en su labor, puntual, serena e inevitablemente fría. Esta noche de luna nueva, hay un profundo silencio en el bosque.

Cuando murió el caballero, vio la luz final, pero se resistió a dar el paso, conserva una ilusión que lo mantiene en el medio del camino, alimentando con todo su ser a la maravillosa rosa que lleva en su pecho, incluso con su propio soplo de vida, pero a pesar de su esfuerzo y su ilusión, el oscuro es más fuerte que él, es más fuerte que todos.
 
La luz final siempre ha estado ahí, pero el guerrero siente que aún no es su momento, a pesar de la insistencia del Oscuro a dar el paso final, se aferra con todo su ser a permanecer entre dos mundos, mientras el amor verdadero vaya en su rescate. El sentimiento del caballero es más intenso, quizás más que la labor de ese ser del que nadie quiere saber.

Las noches de luna nueva son tristes… sin ella.

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