Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Entusiasmo, el joven dragón

El Caballero del Bosque Encantado constantemente solía cazar a los dragones que asolaban a las aldeas vecinas, rápidamente crecían en número y en fuerza, en los últimos tiempos era más difícil luchar contra ellos, de no ser por la valiosa ayuda de su noble y valiente caballo Corcel, no hubiera podido vencerlos.

Los dragones estaban ya tan fieros que entre ellos mismos se atacaban, incluso buscaron un nuevo punto de ataque en lugar de las aldeas que rodeaban al Bosque Encantado... el castillo donde habitaba Ángel, su princesa.

Sucedió un día que la Princesa Ángel se alejó del caballero, por lo que este henchido de tristeza se dispuso acabar con todos ellos o morir en el intento, antes que permitir que le hicieran daño al amor de su vida, peleó con toda la fuerza y arrojo del que era capaz hasta extinguirlos a todos... o a casi a todos.

Regresando a su cabaña, bañado en sangre propia y de esas bestias, encontró a un grupo de pequeños y recién nacidos dragones, el corazón del caballero sentía que no era de valientes acabar con su vida, no estaba en su naturaleza pelear contra seres indefensos y en esos momentos inocentes.

Tomó una rápida decisión que resultó en un gran beneficio... ¡los domesticaría!

Mientras la princesa ignoraba al caballero debido a los constantes cambios de ánimo de ella y  debido a que esa vez fue por un largo tiempo, aprovechó este para domesticarlos, sin embargo hubo uno que siempre le hizo travesuras al caballero, el único que se atrevía, el más joven y pequeño de todos a quien debido al carácter inquieto de este dragoncito, él le llamo por nombre Entusiasmo.

Entusiasmo parecía entender rápidamente las enseñanzas del caballero, le ponía atención en todo aquello que se le pedía hacer y lo hacía con rapidez y exactitud, sentarse, darse la vuelta y volar, para ello el campeador tuvo que aventarse de un acantilado frente al mar, para que el grupo de sus pequeños amigos lo siguieran, entusiasmo alzó primero el vuelo que todos y cuando el valiente instructor estaba a punto de entrar al mar, Entusiasmo intentó levantarlo en vuelo.

Obviamente no pudo debido al peso del guerrero que era mayor que el del joven y pequeño dragón, ambos cayeron al agua. Así nació una profunda y sincera amistad entre ellos, Entusiasmo reconocía el estado de ánimo de su instructor e incluso rápidamente reconoció que estaba profundamente enamorado de Ángel, algunas veces los espiaba mientras ellos caminaban por el Bosque Encantado, pero se alejaba en el momento que se manifestaban su amor con caricias y palabras que solo debían ser para ellos, además de ser un dragón con iniciativa, bello y fuerte, era muy discreto, ¡quién lo diría de un dragón!

Pero Entusiasmo era también muy inquieto y frecuentemente le hacía travesuras a su amigo humano, le escondía el yelmo o la espada, lo empujaba o le ponía la cola para que tropezara y se retiraba volando lejos una vez que veía cumplida su picardía.

Hacía reír al caballero invariablemente, llegaron a compenetrarse tanto que Entusiasmo conocía los pensamientos y sentimientos de su gran amigo, con el tiempo también sucumbió al encanto de la princesa que un día sin más ni más se lo robó al caballero, sin saber que ellos estaban ligados mentalmente y podían comunicarse entre si.

El joven dragón se fue encantado con ella, iba feliz y mientras huían para que nadie los descubriera mentalmente Entusiasmo le dijo al caballero: "No te preocupes, yo la cuidaré". Esto le causó mucha simpatía al guerrero pero le hizo asegurar que en verdad lo hiciera, que la acompañara y cuando ella fuera al Bosque de la Melancolía le avisara volando para ir en su rescate, mientras el crecía lo suficiente para llevarla volando a un lugar seguro.

En un acto de sinceridad Ángel le confesó su travesura a su caballero y este indulgente le dijo que no importaba, sabía que su joven dragón estaría muy bien con ella.

Para sus adentros el campeador pensó que Ángel estaría segura y protegida por Entusiasmo aun cuando él no estuviera cerca para protegerla y cuidarla, pues ella era muy independiente e impulsiva. 

He aquí un boceto de Entusiasmo que hizo el caballero después de muchos años de haber dejado de dibujar, una habilidad que había dejado de practicar. 

Los demás dragones se quedaron con el guerrero y lo acompañaban en su lucha contra los ogros, en ocasiones su joven amigo también lo hacía y se destacaba por sus llamas precisas que hacían huir a los ogros en cuanto lo veían.

Entusiasmo vive desde entonces con Ángel, pero extraña a su gran amigo, a quien visita en su cripta fugazmente cuando Ángel duerme, si pudiera hablar le contaría a ella el gran amor que el caballero sentía en vida por ella, no poder hacerlo le da un gran pesar, así como no poder entender porque ella se había alejado de él quien la amaba a morir (aun conociendo los secretos de la princesa, Entusiasmo nunca los divulgará)...

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