Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

La noche y yo

La noche te imaginaba,
como imaginando una estrella,
como haciendo coincidir cielo y tierra.

 

La noche te imaginaba,
como despertando sueños y esperanzas,
como haciendo rescindir miedos y heridas del alma.

 

La noche te imaginaba,
y te imaginaba yo también,
como visitándote,
como besándote el alma.

 

La noche te imaginaba,
y te imaginaba yo también,
como haciéndote presente,
como robándome la calma.

 

Ambos te imaginábamos,
ambos te veíamos,
ambos te esperábamos.

 

Ambos soñábamos con curar
heridas de antiguos amores,
de amores de antaño.

 

Ambos deseábamos tenerte cerca,
yo quería estar cerca de ti,
la noche te quería para ella.

 

Y ambos terminábamos
por coincidir en añorarte...
y mirarte apenas.

No hay comentarios.: