Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Una petición

En la reunión anterior con el Caballero, este le hizo a Entusiasmo el joven dragón, una petición, quitarle la fría y pesada armadura y dejarlo en su ropaje de gala, no le dijo cuál era el motivo, pero su joven pupilo siguió al pie de la letra dicha petición.

El Hada Azul quien resguardaba la cripta, recibió de Entusiasmo la petición del campeador y se puso manos a la obra. Cabe recordar que solo dos seres podían comunicarse con el guerrero yerto, Entusiasmo y Corcel su noble y leal cabalgadura, el hada solo podía interpretar sus sueños.

Fueron llamados tres de los duendes, los más amados por el caballero, Pa (la tierna y dulce), Pe (la mal geniuda) y Fe (el risueño). Los duendes son seres pequeños, de todos colores y edades que llenan de alegría el Bosque Encantado, pero que en ocasiones asustan a los aldeanos ya que tienen por costumbre ocultar o cambiar de lugar sus pertenencias y a veces llegan a acertar haciéndolo con cosas muy importantes para aquellos, llevándolos hasta el terror en no pocos eventos. Pero tenían un buen comportamiento en el Bosque Encantado, les gustaba estar con el Caballero pues este les enseñaba muchas cosas aunque también los reprendía por su mal comportamiento fuera del Bosque.
A la muerte del caballero el Hada Azul, el hada de la alegría se volvió su tutora de quien seguían escrupulosamente sus instrucciones, pero ella nunca los reprendía por sus travesuras más allá del Bosque. Las hadas del bosque tienen un don que las distingue, ese don se relaciona con los buenos sentimientos de la humanidad, sin embargo no había un hada que pudiera dar amor, el amor del bosque lo emanaban dos humanos, Ángel y su Caballero.

Todos los seres del Bosque Encantado giraban en torno del Caballero, pues él había hecho de ese lugar un oasis de paz y armonía y el refugio seguro de los seres mágicos que habitan los alrededores.

Pa, Pe y Fe se dieron a la tarea de cambiar la armadura por el ropaje de gala del caballero, quitarle el guante izquierdo fue una verdadera proeza, pues este tenía sujeto fuertemente el pañuelo que Ángel, la princesa, le había dado en una ocasión y que el campeador nunca soltaba.

Cuando le quitaron el peto con mucho cuidado para no dañar la rosa, este salió fácilmente, la rosa abrió sus enormes pétalos llenando de luz, color y su fragancia toda la cabaña, con tal intensidad que los duendes quedaron inmóviles y deslumbrados por tanta belleza.

Fue idea de los duendes, hacer un monumento de piedra donde colocarían el yelmo, la espada y la malla metálica del caballero, para que los aldeanos a quienes tanto cuidó, tuvieran un lugar para visitarlo, pues no tenían modo de entrar al Bosque Encantado. Agregaron una rosa como símbolo del amor del caballero hacia su Ángel, que cambiarían todos los días, pues la rosa en el pecho del caballero, nunca se separaba de él.


Al terminar todos quedaron admirados de los resultados, el caballero parecía feliz y la rosa de su pecho estaba más bella, era una rosa única en el universo.

Nadie entendía la petición del caballero pero imaginaban que algo bueno sucedería después, siempre el resultado de cada acción dejaba algo bueno para todos los seres del Bosque Encantado… excepto su muerte.

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