Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Mujer de estío

Tu cuerpo está hecho de frutas,
exprimes en la noche un olor a duraznos.

Tu beso va por mi garganta
hasta mi corazón, como el agua de un caño.

Tiembla toda mi piel con tu caricia
como al soplo de Dios las alfalfas del campo.

Eres una bandeja de frutas
puesta todos los días a orillas de mis labios.

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