Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Mecánica de los cuerpos

Acaricio tus formas 
suaves 
como dunas 
que no hay; 
beso tus pezones 
enhiestos y rosados 
como un amanecer. 
Tu cuerpo, emblema 
crepitante.
Mi alma tiembla 
al puro estado de belleza. 
Tus ojos, 
reposa en ti el impulso 
de una corriente azul. 
Desciende a mí
tu voz. 
La armonía 
conquista los espacios 
del tiempo 
inasequible.

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