Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Tus rutinas

Me gusta verte caminar como buscando algo que nunca encuentras, dando vueltas y vueltas por la habitación, entrando y saliendo del cuarto de baño, mientras ubico el mejor lugar para contemplarte en esa rutina que tanto me encanta y fascina.

Y mirarte alejándote de mi con el suave y cadensioso ritmo de tu cadera, con tus piernas largas y torneadas de femenino andar, conteniendo las ganas de tomarte en mis brazos y besarte toda.

Y esa bata que usas que siempre está a punto de abrirse o de caer, para mostrar tu cuerpo sin el menor pudor, casi por accidente y la acomodas con desenfado nuevamente, como si cualquier cosa, mientras observo embelesado.

O cuando se asoma generoso uno de tus pechos, casi siempre el izquierdo, tal vez porque eres zurda, invitándome a besarlo o acariciarlo y me miras de reojo complacida por mi indecisión y mi inquietud, con esa mirada pícara de niña traviesa a la que no puedo resistirme.

Y sigues como sin darte cuenta pero feliz de sentir mi mirada en tus sencillas rutinas, como la de pintar tus uñas pasando el tiempo indecisa por el barniz que más conviene, o cuando contra tu costumbre peinas tu cabello queriendo complacerme, en una lucha constante por mantener los rulos que tu negro cabello se resiste a mantener.

O al maquillarte y pintar tus labios entrecierras los ojos y abres la boca en ese gesto automático que dominas, y quiero decirte que no necesitas afeites, que me gustas así al natural, que siempre te encuentro bella.

Gozo viendo tus sencillas rutinas y tu mirada coqueta y sensual de niña mujer, de hembra madura, que a hurtadillas me regalas de vez en vez, que tomo como invitación para acercarme a ti y despejar tu rostro de esa melena tan rebelde como tú y besar tú frente, y besar tu mejilla y es entonces cuando tus labios buscan los míos para acariciarse en un beso, que no te distrae de tus comunes quehaceres, pero que son importantes para mi, pues son esos los detalles que vivimos en la intimidad, esas tus rutinas que son tan tuyas y también tan mías.

No hay comentarios.: