Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

De promesas y de tratos

Cuántas promesas rotas a lo largo de una vida, que dejan una sensación de mentira y desilusión. Cuántas veces hemos escuchado que las promesas están hechas para romperse, cosa que para mí no vale.

Desde niño aprendí a darle valor a mis palabras, a cumplir mis compromisos, así que en cuanto mi hija Ximena pudo hablar, entre ella y yo establecimos una manera de comprometernos mutuamente.

Ella aprendió conmigo que bastaba nuestra palabra para cumplir los compromisos, diciendo alternadamente; "Un trato es un trato y los tratos, se cumplen." Así sellamos, aún ahora, nuestros compromisos o acuerdos.

Esta reflexión la hago porque nunca pensé que entre Ximena y yo, algo tan simple pudiera ser tan poderoso y mantenernos unidos en una cosa tan importante; el valor de mantener nuestra palabra.

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