Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

El respaldo de una silla

Seguro ha escuchado muchas conversaciones. Amantes declarándose amor. O poniendo las cartas sobre la mesa. Seguro ha recibido lágrimas. O incomodidades de espalda porque su curvatura se ha perdido con el tiempo.

El tejido habla de una historia anónima. O de muchas conocidas. De aroma de café, de tratos cerrados, de acuerdos y de risas. A veces no nos damos cuenta donde nos sentamos. Y damos por hecho que estamos cómodos cuando no es así.

Pero cuando el lugar "te recibe" y "te abraza" te dan ganas de jamás quererte ir. Y regresas. Y no te vas nunca...

No hay comentarios.: