Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
Te presumo
El Perdedor
Este amor que se va
Este amor que se va, que se me pierde,
esta oscura certeza de vacío:
mi corazón, mi corazón ya es mío
sin nada que le implore ni recuerde.
De pronto, vuelve a ser un fruto verde
sin madurez, ni aroma en el rocío:
ay del que quiere apresurar su estío,
ay de aquél que lo besa o que lo muerde.
Yo sé que algo persiste, todavía.
Pero no existen ya ni la alegría
ni la embriaguez radiante ni la lumbre
ardiendo en la mirada y en los labios.
Ni exaltación ni búsqueda ni agravios:
apenas una cálida costumbre.
Se cuenta de ti
Se cuenta de ti
que quieres hacer un vivo de mí.
Yo pienso de ti
que acaso es mejor que sigas allá,
jugando a poderte soñar.
Quizás es mejor
que quedes así: lejana, irreal.
Me ha sido difícil
siempre continuar un sueño después
que lo he podido realizar.
Quizás soy difícil y yo no lo sé
y tú lo descubras y duela después.
Quizás no soportes mi paso que es largo,
mi sed insaciable y mis ojos sin párpados.
Hoy los sueños se paran al borde de mí
y no siguen adentro,
temiendo se puedan lograr.
Quizás sea muy joven uno de los dos,
o alguien llegó tarde y no se advirtió.
Quizás lo mejor es ni averiguar,
no sea que sea nada este intento de amar.
Se piensa de ti
que acaso seas bien, acaso seas mal.
Da miedo saber
que, al cabo, el amor nos diga por señas
que hay rato que trata de hablar.
Da miedo temer,
da miedo poder volver a nacer.
Da miedo saber por una mujer
que está comenzando el final,
tu propio final.
Silvio Rodríguez
Cuando éramos niños
Cuando éramos niños
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía.
luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque era un océano
la muerte solamente
una palabra
ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en los cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros.
ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.