Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
Bebo
Bebo el agua sagrada de tu boca,
sin límites ni horizontes,
sin norte ni sur.
Sólo un oasis,
del placer divino
de beber tu cuerpo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario