Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Y tiempo

Hay canciones que prefiero no escuchar, imágenes que no quiero ver y lugares que no deseo pisar.

Tantas cosas que tenían un gran significado para mi y que ahora, en defensa propia, evito.

Así pasa algunas veces cuando lo que antes nos hacía tato bien ahora nos lastima.

No es que huya, es que a pesar de tanto tiempo transcurrido, todavía duele la herida, así de grande es el amor que he llegado a sentir y que a mi pesar todavía siento.

Pero nadie es culpable y si acaso hubiera uno, soy yo que decidí arriesgar mis sentimientos y los entregué sin reserva ni medida, sin recato y sin pudor, como siempre he asegurado que debe ser. Soy congruente conmigo mismo.

Algún día llegará en que pueda recorrer los mismos caminos, quizá con tristeza pero ya sin dolor. Mientras tanto dejo correr los días sin prisa, el tiempo pone todo en su lugar, solo hace falta paciencia, que sí tengo... y tiempo.

No hay comentarios.: