Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Risas y mala palabras

La princesa y el caballero son de tierras diferentes y lejanas, aunque comparten la misma lengua, pero algunas palabras tienen diferentes significados en un lugar y otro. Esa noche ambos intercambiaron algunas palabras... malas palabras.

Cuando ella está con él, llega siempre sin su títulos y libre de todo el protocolo real, es ella misma, sin cadenas ni ataduras, como él le dice, "sin reserva ni medida, sin recato ni pudor", esa noche no fue distinta.

Es un placer para él escucharla decir malas palabras, las dice con picardía y podemos decir que hasta con cierta candidez, sin malicia... o tal vez sí. Sin embargo él reía al escucharla, pero en esa ocasión ambos reían a carcajadas, hasta las lágrimas, hasta casi ahogarse, cuando ella le obsequiaba algunos insultos en la lengua original del caballero.

Reían y reían, gozaban de estar juntos y de la confianza tan fuerte y profunda que existe entre ellos, pueden decirse cualquier cosa sin ofenderse, no solo eso, hasta lo disfrutan, disfrutan estar tan compenetrados, tan unidos y de amarse así, sin límites.

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