Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Una nueva fuente

Aprovechando el sueño de la princesa, su campeador se dispuso a construir una nueva fuente, aprovechó los ductos que llevan el agua a las tinas, para poder llenar la fuente.

Poco a poco la fue edificando llenando de flores, ahora no solo los cisnes del lago observaban, también los ruiseñores interrumpieron su canto para observar el trabajo que meticulosamente hacía el enamorado, quería sorprenderla cuando despertara.

Trabajo toda la noche y al concluir los ruiseñores entonaron las más bellas melodías acompañados de la suave música que la fuente producía.

Entre los ruiseñores, la fuente, las dalias y margaritas se tejía un paisaje mágico y lleno de amor para la princesa, ahora solo había que esperar a que ella despertara y encontrara este lugar por la mañana.

Cansado el caballero se recostó al lado de la fuente y se durmió soñando en su princesa.


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