Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

La gran batalla

La princesa se ha enfermado en su reino y poco después el caballero también en el suyo, no tuvieron tiempo de llegar al Bosque Encantando donde las enfermedades no existen.

Ambos la pasaron mal, muy mal, especialmente el caballero que sentía morirse. Sin embargo esa noche coincidieron, se amaron despacio sin prisa aunque ella lo apresuraba, de pronto la princesa rijosa en ocasiones -aunque no nunca lo acepta- empezó la trifulca, quería guerra en su reino y el caballero intentaba explicarle por qué no le convenía.

A la bella princesa cuando se le mete una idea en su cabeza de abundante cabellera, no hay poder humano que le cambie el parecer, ni siquiera el caballero.

Así que comenzó la discusión ella toda; corazón y el todo; razón, se cambiaron los papeles, ella con el corazón ardiente y el con la cabeza fría, como buen guerrero.

El trataba de mirarla a los ojos pero ella lo evitaba, estaba perdida si eso sucedía y él bien que lo sabía, los ojos de la princesa solo hablan de amor al caballero.

La discusión subió de intensidad ella necio y él terco, obsesivos los dos, tal para cual, ella jamás había tenido un rival tan poderoso y verse rendida era lo último que deseaba sin importar que fuera ante su caballero, es princesa, es orgullosa, altiva y vanidosa, aun así es el gran amor del caballero.

Los primeros en correr al esconderse fueron Pasión y Ternura, los cisnes del lago, y todos los animales del bosque desaparecieron en un tris, nunca los habían visto así, parecía que en cualquier momento se matarían y probablemente lo harían, en el bosque reinaba el silencio.

Se acercaban, se alejaban parecía que en cualquier momento sacarían sus armas, el caballero la medía y eso a ella la desesperaba.

En un descuido de ambos cruzaron sus miradas, ella dijo ¡Punto! lo hace cuando se ve acorralada... o perdida, lo había visto y no podía más que sentir amor por él quien la amaba tanto, ambos se dijeron te amo.

Terminaron la batalla con un beso lleno de amor, se fueron a la cabaña tomados de la mano, las armas caían en el camino, en la alcoba quitaron sus ropas y se metieron a la cama, ella recargaba su espalda en el pecho de él, de cucharita diría él, de sillita contestaría ella para llevar la contraria... pero en esa noche ya no habría mas confrontación, los unía como siempre... el amor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermosa batalla Caballero, pero se equivocó en algo... la princesa jamás se rinde.

Anónimo dijo...

La vida no trata de ganar o perder, sino de amar, amar con todo