Bruno es un niño sano de un poquito más de un año. Travieso y risueño a su corta edad, su pequeño cuerpo que mueve con torpeza y su sonrisa tan de él lo hacen encantador y seductor, él lo sabe y lo utiliza.
Lo veo poco porque sus padres salen mucho, pero siempre me regala su sonrisa y una mirada de complicidad, poco a poco hemos encontrado nuestra propia forma de comunicación.
Me lleva con su manita hacia donde le viene en gana y en algunos momentos hace un alto para verme, con su mirada de complicidad y su sonrisa traviesa, para ver si disfruto tanto como él explorar los alrededores.
Juega con mi pañuelo a esconderse y también aprendió a limpiarse con el, torpemente pues aun es pequeño pero lo hace bien.
Hoy es su primer día del niño y ya está su regalo en casa, siempre hay algo para él, pues es el consentido de la misma. Pero sus regalos los olvidará con el tiempo, se irán perdiendo o desgastando hasta ya no existir.
Pensando en lo anterior decidí escribir este testimonio con la esperanza de que cuando Bruno sea mayor y haya aprendido a leer, encuentre esto y sepa cuanto lo ama su abuelo, es decir, cuanto lo amo.
¡Feliz día del niño Bruno!
30 de abril del 2016
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